Y estaba ella, con sus inseguridades y defectos. Con la imperfección plasmada en cada poro de su piel. Con temores ridículos, sufrimientos en el corazón y culpabilidad en la conciencia. Ahí estaba ella, consumiéndose poco a poco sin saber que para él, ya era perfecta en todas sus facetas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario